Retomamos la actividad en el blog después de unas "pequeñas vacaciones" con una gran noticia: hoy se estrena la película La Invención de Hugo, basada en el libro del mismo título y publicado por Ediciones SM!!
Que la película con más nominaciones a los premios Óscar (nada menos que 11 candidaturas!) de este año fuera una infantil y yo no me hubiera leído el libro era algo que no me podía permitir!! Y menos, cuando el ejemplar en cuestión llevaba tanto tiempo "en mi lista" de pendientes!! La Invención de Hugo Cabret (ese es el título completo) es uno de esos libros que nos atrapa desde que vemos la portada en la estantería de la tienda por primera vez:
Esa primera imagen nos traslada a la magia de la época en la que transcurre la historia de Hugo, un niño de 12 años que vive en el París de los años 30 cuidando los relojes de una estación de tren. Allí conocerá al viejo juguetero y a Isabel, que, sin quererlo, le ayudarán a reparar un viejo autómata en el que Hugo espera encontrar un mensaje oculto de su padre. Pero el mensaje no será el esperado por Hugo, sino el comienzo de un nuevo misterio y una fantástica aventura que llevará a Hugo e Isabel nada menos que a los orígenes de la fábrica de sueños!!
En esta novela, Brian Selznick, su autor e ilustrador, mezcla a la perfección la imagen con el texto, fusionándolos con la técnica cinematográfica de las primeras películas mudas. Así pues, las ilustraciones sirven para avanzar en la trama como si se tratara de fotogramas, y en algunos casos lo son realmente, pues imágenes de películas y fotografías de la época se entremezclan con total naturalidad en la historia.
En la película de Martin Scorsese, su primera introducción en el cine familiar dedicada especialmente para su hija, nos encontramos con una reproducción bastante fiel de la historia de Hugo, con algunos personajes que desaparecen pero a cambio son sustituidos por otros nuevos, buscando además dotarle de un poco del humor del que carece el libro.
La estética y la fotografía, también directamente inspiradas en el libro, están sumamente cuidadas y son de una gran belleza, así como las tomas de la ciudad de París, aunque no sean cien por cien reales. El 3D está también muy cuidado y es el mejor que he tenido la oportunidad de disfrutar hasta el momento, ya que a pesar de que no hay escenas espectaculares, consigue ser un elemento más del film, sin cansar la vista ni marear, ni distorsionar la imagen en ningún momento.
Lo mejor, como en las grandes ocasiones, lo descubriremos al final de la película, pues a través del autómata que Hugo consigue arreglar, nos encontraremos con el verdadero protagonista de esta historia, al que su director homenajea ampliamente, permitiéndonos a los espectadores re-conocer la figura del gran mago del cine Georges Méliès. Tomando como partida algunas de las ilustraciones y fotografías recogidas en el libro, en la película podemos disfrutar viendo fragmentos del Viaje a la Luna, por ejemplo, y aprendiendo cómo se realizaban aquellos primeros efectos especiales.
Un viaje al pasado y a los orígenes del cine que nos trasladará a ese mundo donde nacen los sueños: la ilusión. Por medio de complejos mecanismos la fantasía más arriesgada puede hacerse realidad y el hombre puede volar hasta la luna, descender a las profundidades del mar o construir juguetes capaces de escribir poemas o realizar dibujos.
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